La escuela era la principal productora de carteles y material promocionar del teatro kabuki, trabajos que ayudaron al desarrollo de las técnicas de ukiyo-e.
El estilo Torii fue uno de los más que influenció en las composiciones que mostraban a actores y escenas kabuki durante un largo periodo del siglo XVIII.
Hacia mediados del siglo, con el ocaso de la preponderancia de Torii Kiyomitsu, sucesor de Kiyonobu, parecía que la escuela estaba cayendo en el olvido, ya que Harunobu, su máximo exponente por derecho propio, comenzó a despreciar la escena teatral, arrebatado por visiones de refinación etérea.
Sin embargo, cuando más se lo necesitaba, surgió un profeta en la persona de Shunsho, el pintor y discípulo de Shunsui y maestro de Hokusai, de manera que así se completó la transformación iniciada por Harunobu.
Los grandes vástagos de las escuelas rivales del Ukiyo-e, la de impresión y la pictórica, se adentraron en terrenos de sus oponentes y salvaron las distancias que suponían una amenaza contra la homogeneidad de la Escuela Popular.