Sus alumnos, denominados "cadetes" desde 1931, se formaban como aspirantes a oficial, aptos para jefaturar pelotones y eran designados para los cuerpos de tropa.
Las reformas del Ejército de inicios del siglo XX buscaron cambiar la enseñanza práctica hacia una de contenido teórico técnico profesional para formar oficiales disciplinados y leales a la jerarquía.
[9] En el nuevo plan de estudios no había enseñanza teórica, sólo práctica o teórico-práctica.
Pero, en contra de lo que deseaban las autoridades militares, el ambiente se politizó y, al crear una fuerte identidad militar, la enseñanza reforzó el sentimiento de superioridad frente a los políticos civiles.
[15] Aumentó el número de candidatos civiles y la vida de los cadetes, que ya era un internado completo desde 1930, se reguló hasta el nivel de una institución total, al tiempo que se relajaba la disciplina, se hacían reformas físicas para hacer la escuela más confortable, aparecían símbolos y rituales (uniformes históricos, escudo, estoque y estandarte) que aún existen hoy, y se ideaba el traslado de la escuela a Resende.