Escuela mallorquina (movimiento literario)

Esta escuela seguía el precedente marcado por Josep Lluís Pons i Gallarza, la característica principal sería la raíz clásica y el rigor académico en la forma, la temática sy el tono expresivo, estas dos últimas características la acercan al noucentisme.

Además de Joan Alcover, son continuadores de esta escuela poética en la primera mitad del siglo XX Maria Antònia Salvà, Llorenç Riber y Miquel Ferrà.

En las islas no se produce un fenómeno como la Liga Regionalista, ni hay ninguna institución autonómica como la Mancomunidad.

Desde ese instante, Carner se vio influido decisivamente por el clasicismo de Miquel Costa i Llobera, y se convirtió en el portavoz más activo de los escritores mallorquines en Cataluña, vinculándolos al noucentisme recién aparecido por evidentes afinidades estéticas (el clasicismo mediterranista) e ideológicas (un acentuado conservadurismo).

El año 1907 peregrinó a Tierra Santa, y plasmó sus impresiones en su libro Visions de Palestina (1908).

En 1880 se casará con la catalana Rosa Pujol, con quien tuvo tres hijos (Pere, Teresa y Gaietà).

Este cúmulo de tragedias familiares incide en el sentido cada vez más personal e íntimo que adopta su creación poética..