Escucha segura es un concepto relacionado con acciones de promoción de la salud para asegurar que ciertas actividades recreativas, como conciertos, discotecas, escuchar música, retransmisiones, o podcasts, no pongan en riesgo nuestra audición.
[1][2][3][4][5][6] La escucha segura promueve estrategias para impedir efectos negativos, incluyendo pérdida de audición, tinitus e hiperacusia.
Si bien la escucha segura no aborda la exposición a sonidos no deseados (que se denominan ruido), por ejemplo, en el trabajo o en otros hobbies ruidosos, es una parte esencial de una aproximación completa del máximo de factores que conforman la salud auditiva total.
[7] El riesgo de efectos negativos para la salud por exposiciones al sonido (sea ruido o música) viene principalmente determinado por la intensidad del sonido (volumen), la duración del acontecimiento, y la frecuencia de aquella exposición.
[13] Siguiendo los informes sobre los trastornos auditivos por escuchar música, parecen necesarias intervenciones y recomendaciones adicionales para prevenir los efectos adversos de las actividades recreativas relacionadas con el sonido.
[14][15][16][17][18][19][20][21] Varias organizaciones han desarrollado iniciativas para promover hábitos de escucha segura.
Los usuarios también pueden realizarse una pre-audiometría on-line para ver qué bien oyen con ruido de fondo.
Los sistemas personales de escucha son dispositivos portátiles – normalmente un reproductor electrónico sujeto a auriculares o cascos – los cuáles están diseñados para escuchar a varios medios de comunicación, como música o videojuegos.
[39] Típicamente, los usuarios SPE pueden escoger limitar el volumen entre 75 y 105 dB NPS.
Pero si el usuario no reconoce la alerta, el dispositivo automáticamente reducirá el volumen a un nivel predeterminado (basado en el modo seleccionado, por ejemplo 80 o 75 dBA).
Al transmitir la información sobre la exposición de forma que los usuarios finales puedan entender fácilmente, esta recomendación tiene como objetivo facilitar a los oyentes la gestión de sus exposiciones y evitar cualquier efecto negativos.
La aplicación de salud en iPhones, Apple watches, y iPads incorpora ya estas recomendaciones desde 2019.
[41] Casi el 50% de los participantes informaron que no habían revisado su audición en los últimos 10 años.
La Comisión Técnica Internacional (ITC) publicó el primer estándar europeo IEC 62368–1 en sistemas de audio personal en 2010.
Aun así, cuando los usuarios suben el volumen al nivel máximo, el estándar especifica que una alerta tendría que salir para advertir al oyente del potencial problema auditivo.
El uso frecuente de SPE entre los niños ha levantado preocupación sobre los riesgos potenciales que podrían asociarse con tal exposición.
Se tuvieron en cuenta la seguridad del público asistente a los acontecimientos, así como aquellos expuestos laboralmente a la música de intensidad alta y la influencia sonora que se ejerce en los barrios circundantes.
La educación universitaria o tener mayores ingresos influye en adultos, quienes más probablemente llevaban protección auditiva.
Las personas con discapacidad auditiva o familiares sordos eran significativamente más propensas a utilizar sus dispositivos protectores.