Se conoce como esclavitud en el antiguo Egipto los diferentes regímenes de servidumbre existentes en la civilización egipcia durante la antigüedad.Todavía así, estos siervos «obligados» tenían derechos legales, y en muchos casos podían recibir un salario o, incluso, ser ascendidos.Además, la violencia física era muy poco frecuente y, en caso de padecerla, la víctima podía reclamar ante un tribunal.Finalmente, los esclavos domésticos recibían alojamiento, comida, telas, aceites y vestidos.Se calcula que los esclavos en Egipto no llegaron a superar el 5% de la población.[1] Para quienes no aceptan el relato bíblico como literal, la descripción de la esclavitud en el texto bíblico no es, pues, un testimonio histórico, sino una construcción literaria exagerada que subraya la idea de liberación.[14] Sin embargo, estas personas tenían derechos: el matrimonio, la propiedad ... Y al llegar el momento de casarse una sirviente con un hombre de la familia u otro empleado; en esta ocasión los maestros podían constituir una dote.[19] Es posible que parte de la explicación a esta diferencia de trato, en comparación con otras civilizaciones coetáneas, sea el desarrollo del derecho individual egipcio, muy superior a la existente en el Imperio Romano.[21] Los trabajadores en Deir el-Medina —de la XVIII a la XX dinastía—, constructores del Valle de los Reyes, formaron una categoría aparte.[22] Las numerosas incursiones libradas en las fronteras por los ejércitos egipcios y luego en las batallas del Imperio Nuevo lograron reunir muchos prisioneros.Por lo tanto, los escritos egipcios afirman que Tutmosis III capturó en la batalla de Megido, 340 prisioneros sin contar los numerosos sirvientes hombres y mujeres.Así, durante el reinado de Amenhotep II, siete líderes sirios fueron ejecutados.
Mujer, posiblemente Esclava amamantando a un bebé, Periodo Ramesida, 1295BC-1069BC.
Estatua de un cautivo extranjero arrodillado y amarrado, este fue despojado de su vestido y esta vestido como un Egipcio por sus captores para su Autorretrato, tiene una expresión que parece transmitir una profunda humillacion y resignación, ca. 2246-2152 a. C.