El nombre proviene del término latín "scintilla", que significa chispa o centella.
[2] Esta bioluminiscencia azulada o verdácea se debe a la oxidación de la molécula llamada luciferina.
[3] Cuando se estimula la producción de luz añadiendo una solución ácida a las células bajo el microscopio, el lugar donde se produce la luz corresponde a la ubicación de los escintilones.
En los dinoflagelados, la reacción bioquímica que produce luz implica una oxidación catalítica por luciferasa de un tetrapirrol lineal abierto llamado luciferina.
[4] El dinoflagelado Lingulodinium polyedra (anteriormente llamado Gonyaulax polyedra) también contiene una segunda proteína llamada proteína de unión a luciferina (LBP) que se piensa que protege la luciferina de la oxidación no luminiscente.