Esciápodo

Allí también los ubica, en el siglo I d. C., Plinio el Viejo en su Naturalis historia (Libro VII, Cap.

Plinio menciona que los monopodos son nombrados por primera vez por Ctesias en su libro La India, un registro de la vista de los persas a la India, del que sólo quedan fragmentos.

Dado que soma es visto como una deidad, su carácter botánico y apariencia representaría el tallo de un enteógeno o un hongo.

Originalmente eran enanos normales, con dos piernas, pero se transformaron en monopodos por Coriakin, como un castigo.

Lucy Pevensie más tarde los haría visibles de nuevo.

Umberto Eco en su novela Baudolino describe un esciápodo llamado Gavagai.

En la leyenda Owain, o la Dama de la Fuente, un esciápodo enorme tiene control sobre los animales y una fuerza física excepcional.

Tim MacIntosh-Smith menciona brevemente a los monopodos en 'Yemen - Travels in Dictionary Land'

Un esciápodo de Las Crónicas de Nuremberg ( 1493 ).