La escafandra clásica,[1] es un tipo de escafandra en la que se le suministra un gas respirable al buzo usando un "tubo umbilical" que une con un equipo en la superficie, ya sea desde la orilla o desde un buque de apoyo o a veces indirectamente a través de una campana de buceo.
Está compuesta esencialmente por un casco, un traje de goma y unas botas de goma lastradas con plomo para caminar por el fondo del mar.
Se diferencia de la escafandra autónoma en que esta no tiene ningún vínculo con la superficie.
Se utiliza para llevar a cabo investigaciones, inspecciones o trabajos submarinos.
Los buzos con escafandra clásica deben trabajar sólo en el lecho marino a profundidades donde el contenido de oxígeno en el aire comprimido no llega a ser tóxico, incluso por hiperoxia, aunque pueden respirar el aire de la superficie, y el límite queda acotado a una profundidad de aproximadamente 66 metros.