El principal tema del escándalo era el supuesto peligro que podía surgir de una mafia homosexual secreta, en la que estarían implicados los círculos más elevados de la sociedad y corrompería a las instituciones.
El escándalo tuvo una gran influencia en la actitud de la sociedad sueca frente a la homosexualidad, que fue rechazada cada vez más.
Con amigos, Kejne discutía sobre como se podría destapar esa mafia y en marzo de 1950 encabezó una campaña en la prensa, que inicialmente trató sobre la prostitución de muchachos, pero que tras unos pocos meses se concentró en la supuesta mafia homosexual.
Otros grupos críticos eran los sindicalistas del Sveriges Arbetares Centralorganisation, que consideraban a los homosexuales como la «clase alta decadente» y culpaba a los socialdemócratas de haberse movido en dirección nacionalista y adaptarse al poder establecido.
Según sus propias declaraciones en julio de 1951, Moberg se había ocupado durante medio año del tema, entre otros asuntos, con lo que llamaba «asesinato e incendio criminal» del año 1936, que había sido ignorado por la policía a causa de la corrupción.
Realizó disertaciones públicas, dio entrevistas, escribió ensayos, una obra de teatro y una novela.
Al igual que Noruega y Dinamarca, el país debía entrar en la OTAN.
Aun esta por estudiar hasta que punto se intentaba, de forma consciente, mover la opinión pública en esta dirección a través del escándalo Kejne.
Los asuntos Kejne y Haijby marcaron durante decenios la visión de la homosexualidad en el público.
Las cuestiones sobre la homosexualidad sólo se trataron bajo el gobierno y la mayoría parlamentaria conservadora.
El libro, que se publicó en 1957 y vio tres ediciones, fue hasta finales de siglo la crítica más conocida del escándalo Kejne.
Bajo la presión del debate periodístico, Kejne fue tratado de forma preferencial por el sistema judicial.
La comisión habría extendido una cantidad aplastante de rumores difamantes sobre el cristiano filántropo.
En 1980 se editaron de forma póstuma las memorias del relativamente desconocido activista Eric Thorsell.
Thorsell coincide en general con Zetterquist, pero se expresa de forma más clara y da paralelos históricos.
Según Thorsell, Malmberg no habría sido conocido en los ambientes homosexuales antes del debate en la prensa.
No fue hasta 1995 que el periódico sindical Arbetaren publicó una disculpa, se habría interpretado el escándalo como una «cuestión de clase», que ligaba homosexualidad y nazismo, e interpretado a Malmberg como un nazi local.
En 1997 Johan Norberg, desde 2007 fellow del Instituto Cato, una biografía sobre Moberg desde el punto de vista libertario.