Conoció al rey Gustavo V en 1912 cuando él y otro boy scout fueron recibidos en audiencia.
Al salir de la cárcel cambió su nombre e intentó abrir un restaurante.
Durante varios años se invirtió dinero de las arcas reales para financiar diversas empresas fallidas que intentó Haijby.
La primera edición completa fue comprada por la corona y destruida, aunque fue realmente su exmujer la que figuró como compradora.
Pero esta maniobra sirvió solo para retrasar el escándalo, porque más tarde se publicaron nuevas ediciones que fueron distribuidas en 1952 y 1979.
Estos documentos fueron inmediatamente archivados y clasificados, pero se filtraron de la oficina del fiscal a Vilhelm Moberg, que los hizo públicos.
Haijby denunció el tratamiento que recibió del ministro de justicia sueco.