[4] La imagen que poseía en su interior: el Cristo de la Oliva, fue muy admirado en los siglos XVII y XVIII.
Al igual que otras ermitas, se celebraba inicialmente el 3 de mayo una romería (romería del Cristo de la Oliva) que consistía en trasladarse a la ermita para adorar la imagen.
El Ayuntamiento de Madrid costeaba la celebración y los actos religiosos en estas fechas.
El oratorio tenía un altar y todo ello se distribuía en una planta de reducidas dimensiones.
En 1713 se tuvo que intervenir en las estructuras y en las cubiertas debido a su lamentable estado de conservación.