Ante la ermita se encuentran las capillas del Calvario, todo incluido en un jardín cerrado de unos 5.000 m², al que se accede por una puerta dedicada a San Miguel Arcángel.
La planta del edificio está centralizada, alrededor de un espacio cuadrado cubierto por una cúpula, la cual se sostiene por medio de un tambor octogonal con ventanas en los lados, enmarcadas con pilastras.
Todo enmarcado por decoración arquitectónica con pilastras y columnas.
En el interior, pilastras con el fuste estriado, capitel compuesto y un entablamento con una fuerte cornisa que recorre todo el interior del edificio, soportan los arcos torales, mientras las pilastras que soportan las bóvedas laterales son más estrechas y con el fuste liso.
El elemento decorativo que más se repite son las rocallas doradas.