Se edifica en 1526 la ermita dedicada a san Marcos Evangelista bajo el patronato de la familia del Castillo Amoreto.
[1] Esta queda destruida en su totalidad en el ataque a la ciudad por parte del holandés Van der Does en 1599.
La reedifica el matrimonio Rodrigo de León, regidor perpetuo y su esposa Susana del Castillo.
Una vez reconstruida, fue solemnemente bendecida en enero de 1944 en los solemnes cultos que anualmente se le dedicaban a la Virgen en este templo con motivo de su festividad litúrgica.
El culto estuvo presidido por el obispo de Canarias, Antonio Pildain y Zapiain.