Nacido en Turín, Italia, tuvo en común con otros grandes cómicos de su época tres características: la precocidad, la pobreza familiar y la vocación.
Su primer gran paso lo dio en 1925 cuando la famosa soubrette Isa Bluette lo descubrió, contratándole para actuar en su compañía como "cómico grotesco".
Macario siguió con Isa Bluette cuatro años, adquiriendo cada vez mayor fama y firmando en 1929 su primera revista como autor, Paese che vai, compuesta en colaboración con Chiappo.
En 1930 estaba listo para otro importante paso: la fundación de una compañía teatral propia, con la cual actuó por Italia entre 1930 y 1935.
En 1936 produjo, junto a Hilda Springher y Enzo Turco, una serie de revistas compuestas por Bel-Ami.
Entre las muchas actrices lanzadas por Macario figuran Tina De Mola, Olga Villi, Isa Barzizza, las hermanas Nava (Pinuccia, Diana, Lisetta y Tonini), Elena Giusti, Lily Granado, Marisa Maresca, Lauretta Masiero, Dorian Gray, Flora Lillo, Marisa Del Frate, Lucy D'Albert, Valeria Fabrizi, Sandra Mondaini y Lea Padovani, conocidas más adelante como intérpretes cinematográficas.
(1944), Febbre azzurra (1944-1945), Follie d'Amleto (1946), Le educande di San Babila (1948), Ocklabama (1949) y La bisbetica sognata (1950).
Debutó en 1933 con Aria di paese (del cual firmó también el guion), y que fue una experiencia poco afortunada.
Quizás en este film, por primera vez en la historia del cine italiano, puede hablarse de humor surrealista.
Macario llegó al cine con todas las características físicas y expresivas ya experimentadas en el teatro, construyendo un personaje sencillo e ingenuo, a veces melancólico, pero siempre optimista y confiado.
Aunque inusual, Macario tuvo una excelente actuación y demostró una vez más su notable versatilidad.
Entre sus numerosas producciones del periodo, se recuerdan Achille Ciabotto medico condotto (1971-1972), Carlin Ceruti sarto per tutti (1974), el film Il piatto piange (1974, de Paolo Nuzzi) y Due sul pianerottolo (1975-1976), gran éxito teatral en el que actuaba Rita Pavone, y del que en 1976 rodó una adaptación para el cine Mario Amendola con producción de Luigi Rovere, la última película interpretada por Macario.