Mientras 2500 de sus hombres perdieron la vida, él solo pudo salvarse nadando a través del Weser.
Generalmente estaba fuera de sus dominios, en España, Francia, los Países Bajos e Italia.
En 1573 Erico fue aceptado en la Orden del Toisón de Oro por Felipe II, lo que lo convirtió en una personalidad destacada.
Su unión comenzó con los mejores auspicios: fue un matrimonio por amor, ya que un año antes Erico se había comprometido con Inés de Hesse.
Presentó pruebas obtenidas bajo tortura de las cuatro mujeres ejecutadas ocho años antes.
Sidonia luego le pidió al emperador Maximiliano II que revisase el juicio.
Erico no apreciaba vivir en su principado empobrecido y continuó viajando por Europa con su segunda esposa.
En 1581 compró el magnífico palacio Ca' Vendramin Calergi en Venecia por 50.000 ducados, que tomó en préstamo comprometiendo algunos lucrativos cargos.
Ofrecerá allí cenas suntuosas y «entretuvo principescamente a la nobleza de la república».
[7] Tras su muerte en 1584 a los cincuenta y seis años, por un catarro pulmonar durante una estancia en Italia, primero en Venecia y luego en Pavía, el endeudado principado de Calenberg-Gotinga pasó a su primo, el duque Julio de Brunswick-Wolfenbüttel.