es una era en la historia de Japón que se extiende desde alrededor del año 250 al 538.
El período Kofun es ilustrado como una cultura que existió antes de la introducción del budismo.
literalmente, «tumba antigua» o «túmulo antiguo») se refieren generalmente a las tumbas o túmulos megalíticos en Japón; aunque en un modo más estricto se refiere a las grandes construcciones megalíticas, cuyo origen remoto puede estar en China, y que fueron realizadas como tumbas para las personas influyentes y de alta jerarquía en el Antiguo Japón, entre la segunda mitad del siglo III hasta la primera mitad del siglo VII, y cuyo nombre dio origen a la era Kofun, período localizado dentro de la era Yamato.
Estos cementerios datan de los primeros años del siglo IV d. C., pero posteriormente se extenderían a Kyūshū en el sur y a las áreas norte y este de Honshū en la segunda mitad del siglo.
La espada Inariyama, fechada entre 471 y 531, contiene inscripciones en un estilo usado en China en ese momento.
Entre los temas retratados en las haniwa se pueden encontrar guerreros, sacerdotisas, madres, caballos, barcas y casas.
[6] Una contribución notable durante el período Kofun fue la cerámica Sue (Sueki), producida por primera vez a mediados del siglo V.
Entre los siglos V y VI comenzó a instaurarse en Yamato un linaje real que utilizó la simbología solar para legitimar su gobierno.
Sus jefes recibían más títulos —como clan asistente o líder provincial— según sus lazos con el linaje real y en función de los servicios prestados.
Al valorar el conocimiento y la cultura del territorio vecino, el gobierno de Yamato dio un trato preferencial a los toraijin.
En 2001, el emperador Akihito confirmó su antigua herencia real coreana a través de Kanmu Tennō.