Según los informes de la época, la harina había sido contaminada por un hongo similar a la droga alucinógena dietilamida del ácido lisérgico (LSD).
Investigaciones posteriores sugirieron intoxicación por mercurio debido al uso de Panogen u otros fungicidas usados para tratar granos y semillas.
[2] En 1982, un investigador francés sugirió que el aspergillus fumigatus, un hongo tóxico producido en los silos de grano, era un posible culpable.
[3] En 2008, el historiador Steven Kaplan publicó un libro sobre el incidente (en francés), titulado Le Pain Maudit.
[8][5] Albarelli escribió que la explicación del cornezuelo de centeno se basó en las conclusiones de los bioquímicos enviados a la escena del episodio desde la cercana Sandoz Chemical Company (ahora llamada Novartis), con sede en Basilea, Suiza.