El objetivo de este método es garantizar que a todas las personas objeto de la investigación se les haga exactamente la misma entrevista, con iguales preguntas en idéntico orden.
En este caso, los datos los recoge un entrevistador, en vez de que la persona participante rellene ella misma el cuestionario (autoadministrado).
Asimismo, una entrevista estructurada estandariza el orden en el que se hacen las preguntas a los encuestados, de modo que las preguntas siempre se responden dentro del mismo contexto.
Aunque los efectos del contexto nunca se pueden evitar, a menudo es deseable mantenerlos constantes para todos los encuestados.
Como las entrevistas estructuradas son más precisas y objetivas, se ha demostrado que permiten tomar mejores decisiones de contratación.