Enrique Correa Labra

Contrajo matrimonio con Aída Vivanco Gooycolea, tuvo cinco hijas, Gloria, Lilian, Patricia, María Cecilia y María Ximena.

Tras finalizar sus estudios universitarios, se dedicó al ejercicio libre la profesión de abogado durante un año, posteriormente ingresó a la judicatura comenzando su carrera judicial en la ciudad de Chanco, como secretario del Juzgado de Letras de dicha ciudad.

En ese rol, participó en el Tribunal Constitucional y Consejo Nacional de Televisión, entre otras instituciones.

Entre los años 1991 y 1993 fue nombrado presidente de la Corte Suprema.

Falleció en el ejercicio del cargo por un enfisema pulmonar el 3 de enero de 1993, y fue enterrado en el Cementerio Santa Inés, en la ciudad de Viña del Mar, junto con su cónyuge.