En septiembre de 1868 fue ascendido a teniente del ejército español.
Participó activamente en las negociaciones de paz que pusieron fin a dicha guerra y formó dúo con Ramón Roa para informar a todos los generales cubanos del cese de hostilidades contra el Ejército español.
Años después, decepcionado del autonomismo, se reincorporó nuevamente a los independentistas.
Conspiró activamente para reiniciar la guerra, cosa que eventualmente sucedió en 1895.
Fue ascendido a General de brigada del ejército cubano en 1898.