Enrique Aresti y Torres

Posteriormente fijó su residencia en Bilbao, España, donde se dio a conocer como hombre de negocios, fundando varias empresas con algunos amigos.

Entre las empresas fundadas estaban: la Papelera del Cadagua, el Ferrocarril del Cadagua, el Ferrocarril Santander-Bilbao, la Sociedad Plomos y Estaños Laminados, la Resinera Española, la Sociedad de Sabero y Anexas.

También fundó el Ferrocarril de La Robla a Balmaseda y la sociedad de terrenos de Neguri.

Ocupó distintos cargos en distintas asociaciones y entidades, siendo vicepresidente nato de la Asociación Vizcaína de Caridad, vocal de la Caja de Ahorros Vizcaína, consejero de la Compañía Siderúrgica del Mediterráneo, consejero del Banco de Bilbao, y en 1930, presidente de Papelera Española.

A instancia de Antonio Maura, a quien escribió un libro dedicado a su memoria tras su muerte, fue nombrado gobernador civil de Vizcaya en 1907.