Los antibióticos aceleran la curación y se recomiendan en los casos de enfermedad grave o problemas inmunitarios.
Sin embargo, estudios han demostrado que las pulgas actúan como un vector para la trasmisión de la enfermedad entre los gatos,[5] y que B. henselae viables son excretadas en las heces de las pulgas del gato.
[6] Otro estudio demostró que los gatos pueden contagiarse mediante inoculación intradérmica usando heces del pulga infectadas con B.
Pueden presentarse otros síntomas como cefalea, escalofríos, dorsalgia y dolor abdominal.
La enfermedad usualmente se resuelve espontáneamente con o sin tratamiento en el plazo de un mes.
En pacientes con enfermedad más severa otros esquemas antibióticos han demostrado eficacia, como azitromicina o doxiciclina en combinación con rifampicina.