[2] El grado de autoabastecimiento se sitúa en las dos últimas décadas entre el 21 y el 29 %, siendo en 2019 del 25 %.
En la comparación entre la energía nuclear y la renovable, hay que tener en cuenta que mientras la nuclear solo produce electricidad (aunque en mucha mayor cantidad,tiene 2/3 de pérdidas), la categoría renovables incluye también las energías no eléctricas, como la biomasa, biocombustibles, etc.
[2] Sin embargo, la primera crisis energética grave se produjo a principios de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) cuando, debido a esta, las importaciones de carbón se vieron reducidas.
En estos años no fue posible construir nuevas centrales hidráulicas o térmicas.
Sin embargo, en 1973 llegó la primera crisis del petróleo, seguida por la de 1979, que perturbaron gravemente la economía mundial, y también la española.
Percibido entonces como menos peligroso, se construye entonces un gasoducto que trae el suministro de Argelia, pasando por Marruecos, además de estaciones gasificadoras para recibir a los barcos metaneros (que lo traen en forma licuada).
En 1996 se inaugura otro gasoducto directo desde Argelia hasta España por el mar de Alborán.
[6] Más recientemente, en los años 90 y 2000 se acentúa la conciencia de que las fuentes de energía no renovables no son eternas, así como una creciente sensibilidad ambiental, propiciando el fuerte desarrollo de las nuevas energías renovables: eólica principalmente, pero también solar térmica y fotovoltaica, biomasa, etc.
[13] La demanda energética en España desde el año 2002 ha ido creciendo en torno al 3,5 % anual, en 2003 del 7 %.
Sin embargo, desde el finales del siglo XX diferentes gobiernos han impulsado la tecnología eólica y la solar.
Esta medida ya fue adoptada anteriormente por ayuntamientos de varias ciudades como Madrid y Barcelona.
En 2007 se publica el RD 661/2007 que sustituye al anterior y aumenta las primas a la energía solar.
(El déficit eléctrico no es consecuencia exclusiva de las primas a las renovables.