Su función es establecer una conexión eléctrica con la toma de corriente que se pueda manipular con seguridad.
Estas piezas metálicas quedan fijadas a la red eléctrica por tornillos o, actualmente con mayor frecuencia, por medio de unas pletinas plásticas que, al ser empujadas, permiten la entrada del hilo conductor y al dejar de ejercer presión sobre ellas, unas chapas apresan el hilo, impidiendo su salida.
Sigue siendo utilizado para ampliar (a menudo de manera fraudulenta y peligrosa) las instalaciones principales, normalmente del tipo empotrado, por esas mismas razones.
Los enchufes, interruptores, conmutadores, pulsadores y cruzamientos, constituyen lo que se denominan mecanismos eléctricos.
Existen numerosos tipos de enchufes regidos por normas estándares a nivel geográfico, que dependen de numerosos factores, como la tensión, amperaje (intensidad), seguridad, etcétera, y que afectan al tamaño, formas y materiales empleados para su fabricación.
En la Unión Europea (UE), los enchufes domésticos funcionan con corriente alterna (CA) a 230 voltios (V) y 50 hercios (Hz).