El monseñor Colombo da Priverno, miembro del Tribunal de la Rota Romana, al ápice de un sufrimiento interior y disgustado por la violencia con la que el papado intenta mantener y proteger el poder temporal, decide dimitir escribiéndole una carta directamente al papa Pío IX.
La condesa Flaminia, madre secreta del carbonario Cesare Costa, se dirige al monseñor Colombo para que la ayude.
Para vencer la oposición del monseñor, está obligada a confesarle que Cesare no es su amante, como todo el mundo cree, si no su hijo y que el mismo monseñor es el padre del joven, nacido por una relación fugaz en el 1849.
Torturado por su consciencia, el monseñor Colombo decide revocar su dimisión e intentar salvar también a los carbonarios Monti y Tognetti durante el juicio.
El Tribunal vota por unanimidad por la condena a muerte de Monti y Tognetti.