Suelen pasar la mayor parte del día inmóviles en alguna rama esperando presas.
No son especialmente agresivas pero si se les molesta extienden y separan las patas captoras amenazantes y los machos extienden las alas para aparentar mayor tamaño.
Una vez localizada la presa, la Empusa se muestra como un insecto muy ágil y rápido en sus movimientos.
Para capturar a sus presas estira velozmente el conjunto articulado de sus patas anteriores, plegándolas y retrayéndolas rápidamente en torno al tórax o abdomen de la presa.
Las Empusas devoran con sus fuertes mandíbulas a sus presas inmediatamente después de su captura.
Son como todas las mantis, de hábitos solitarios, y tan sólo se reunirán para el apareamiento.
La hembra deposita, a final de verano o principio del otoño, sus huevos en montoncitos espumosos llamados ootecas, que ata a las ramitas o coloca debajo de piedras y maderas, lo normal es que haga varias puestas.
El color del medio en el que habita durante su última muda (si se trata por ejemplo de paja seca o hierba verde) determina el color del adulto.
Por lo tanto, como una forma alternativa de encontrar e identificar a la potencial pareja, se usa feromona sexual.
[5] Las mantis acechan a sus presas y se abalanzan sobre ellas, agarrándolas con sus patas delanteras raptoriales.