Emperador Wen de Sui
Su política a seguir, venía marcada de entrada por otorgar una destacada cohesión al estado, cuidando los aspectos religiosos y rebajando la tensión que había dominado prácticamente todo su mandato.Un plan que se aceleró con la inesperada delegación de poderes en torno a su hijo, Yǔwén Yǎn (宇文衍), quien únicamente en teoría fue proclamado como emperador, mientras que su padre, seguía manteniendo el poder desde su retiro.Entre las novedades impuestas en su mandato, se instauró una sustitución progresiva de las familias nobles y con poder hereditario, a favor de una casta de oficiales elevados y trasladados entre diferentes regiones del estado (evitando así la temida corrupción provinciana y facilitando la meritocracia).Con el paso de los años, estos planes y cimientos estatales, consiguieron respaldar su reciente dominio, hasta llegar a conseguir lo que ninguna otra dinastía norteña había logrado antes: la conquista del sur de China, aniquilando en el 589 a la última dinastía sureña, la dinastía Chén (陳).Consciente de su aura sacramental y su ejemplo a ojos del pueblo, mantuvo una rectitud moral incólume hasta su muerte, promocionando y apoyando activamente la construcción de nuevos santuarios y complejos budistas, lo que le valió para que las generaciones futuras, le reconociesen como el Emperador Culto (文帝).