Su función es regular las presas de canalización del Manzanares, a su paso por la capital.
La construcción del embalse evito las inundaciones que periódicamente el río Manzanares provocaban daños en Madrid.
La construcción del embalse afectó a la fauna piscícola del río, que pasó de contar con siete especies autóctonas censadas a sólo dos, el barbo común y la boga de río, esta última con apariciones muy puntuales.
Entre las especies catalogadas, destacan el águila pescadora, la cigüeña negra, el cormorán grande, la grulla común, la gaviota reidora y varias especies de anátidas.
A ello se une la existencia de diferentes especies piscícolas y anfibias.