Jerónimo Vich mostró, a lo largo de su vida, gran interés por las artes.
Financió la Iglesia del monasterio, que había impulsado su hermano, el cardenal Guillén Ramón Vich y Valterra, y la convirtió en panteón exclusivo de la familia.
También adquirió Vich un Cristo con la cruz a cuestas igualmente de Piombo, y lo vinculó al patrimonio familiar.
No obstante, su bisnieto Diego Vich, entregó este lienzo a Felipe IV en pago de ciertas deudas.
Con este motivo el Museo San Pío V celebró una exposición de pinturas relacionadas con la familia Vich.