Ellen Johnson-Sirleaf

Su padre fue enviado a Monrovia, donde su apellido fue cambiado a Johnson por la lealtad de su padre al Presidente Hilary R. W. Johnson, el primer presidente que nació en Liberia.

Aunque no sea américo-liberiana por descendencia, Johnson-Sirleaf se considera culturalmente estadounidense-liberiana.

Además, su sobrino Emmanuel Sumana Elsar fue su consejero político durante las elecciones presidenciales del 2005 en contra de George Weah.

Johnson-Sirleaf logró escapar en sentido estricto y se exilió en Kenia.

De 1983 a 1985 se desempeñó como directora del Banco Citibank en Nairobi.

Fue puesta bajo arresto domiciliario por el hecho, y fue condenada a 10 años de prisión.

Volvió a Liberia durante los disturbios civiles y se conmovió cuando Samuel Doe fue asesinado por un grupo escindido de Charles Taylor del Frente Patriótico Nacional de Liberia.

Muchos observadores dijeron que la elección fue justa, aunque pronto Johnson-Sirleaf fue acusada de traición.

Ellen Johnson-Sirleaf se propuso como una posible candidata, pero al final los diversos grupos seleccionaron a Gyude Bryant, un político neutral.

Su inauguración, a la que asistieron numerosos dignatarios extranjeros, incluida la primera dama de EE. UU.

En marzo de 2012 se vio envuelta en una fuerte polémica por unas declaraciones en las que defendía la criminalización de la homosexualidad[3]​ en su país en un momento en el que se debatían dos proyectos para endurecer las penas.

Incómodamente para Johnson-Sirleaf, los seguidores del expresidente Taylor siguen siendo en gran número en el gobierno de Liberia.

Unos días más tarde, la presidenta Sirleaf emitió una orden ejecutiva en la que la educación primaria fue declarada gratuita y obligatoria para todos los niños en edad escolar.

En 2011 fue reconocida con el Premio Nobel de la paz junto a la activista Leymah Gbowee del movimiento Mujeres de Liberia Acción Masiva para la Paz y la periodista, activista y política yemení Tawakel Karman.

[10]​[9]​ En 2012 fue criticada por organizaciones de derechos humanos por defender una ley que criminaliza las relaciones homosexuales en Liberia[11]​ señalando en unas declaraciones al periódico The Guardian "Tenemos ciertos valores tradicionales en nuestra sociedad que nos gustaría conservar".