Al acabar la Primera Guerra Mundial, Moravia pasó a formar parte de la nueva república Checoslovaca.
En los siguientes años consiguió ganar en Lachotin-Tremosna en al categoría de Turismos, suceso que fue celebrado en su país, terminó también primera en Zbraslav-Jiloviste en 1925 y Junek compró un segundo Bugatti para celebrarlo.
Eliska demostró una gran técnica al volante y consiguió acabar en cuarto puesto antes de estrellarse.
Tras conseguir, en 1928, ganar el Targa Florio, adquirió un nuevo Bugatti Type 35 que le permitió estar entre los grandes pilotos masculinos.
No volvió a encontrar amor hasta principios de la Segunda Guerra Mundial.