[3][4][5][6] La higuera (Ficus carica L.), con sus brevas e higos son de interés en la alimentación del hombre por sus propiedades nutracéuticas, consumidos en fresco o elaborados en pasas, dulces, jugos y jaleas; además de su notable capacidad de desarrollo en ecosistemas marginales con fuertes limitantes del recurso agua, es un árbol muy resistente a la sequía, muy poco exigente en suelos y en labores en general.
[10][11] Los higos secos son muy apreciados desde antiguo por sus propiedades energéticas, además de ser muy agradables al paladar por su sabor dulce y por su alto contenido en fibra; son muy digestivos al ser ricos en cradina, sustancia que resulta ser un excelente tónico para personas que realizan esfuerzos físicos e intelectuales.
[12] La introducción del cultivo de las higueras en el noroeste argentino se remonta al siglo XVI por los colonos españoles.
Árbol de mediano desarrollo, follaje denso, hojas pentalobuladas (5 lóbulos) en su mayor parte que tienen el lóbulo central con forma de pica, y los márgenes ondulados.
Con sabor muy dulce, con firmeza media, con color de la pulpa rosado; cavidad interna pequeña o ausente, con numerosos aquenios; mesocarpio de tamaño mediano alrededor del receptáculo, y más grueso en la zona del cuello, de color blanco.