La electrorrecepción es usada principalmente para la habilidad de usar los campos eléctricos para localizar objetos y ubicarse en el espacio.
Los tiburones son los animales conocidos más sensibles eléctricamente, respondiendo a campos de corriente continua (DC) tan bajos como 5nV/cm.
Es posible que los tiburones usen los campos magnéticos terrestres para navegar por los océanos usando este sentido.
Un estudio reciente ha sugerido que los mismos genes que contribuyen al sentido de electrorrecepción en tiburones podrían ser responsables de al menos una parte del desarrollo facial en humanos.
[2][3] El ornitorrinco puede usar su electrorrecepción en conjunto con sensores táctiles (presión) para poder determinar la distancia a su presa, basándose en el retraso entre la llegada de señales eléctricas y cambios de presión dentro del agua.