La campaña se había centrado en asuntos de orden público, con una atención especial a la delincuencia juvenil, especialmente entre los jóvenes de origen extranjero.
La primera ronda de las elecciones supuso una sorpresa para muchos observadores, ya que estos esperaban una segunda vuelta entre Chirac y Jospin.
La elección produjo el cuestionamiento del sistema de doble vuelta por parte de los perdedores y también levantó preocupación debido a la apatía y a la manera en que la izquierda se había fragmentado.
Se realizaron propuestas como ir a votar con una pinza en la nariz para expresar el disgusto de votar a Chirac, pero esto podría ser ilegal, ya que está prohibido anunciar el voto propio dentro del recinto de votación.
Chirac derrotó a Le Pen con un resultado arrollador.