También se presentó como candidato el doctor Manuel Toribio Ureta, Fiscal Supremo, que postulaba como líder de los liberales.
Sectores del ejército y la iglesia se opusieron a la candidatura de Pardo.
Los civilistas consiguieron tener representantes en casi todos los departamentos, evitando así la tradicional y violenta toma de las mesas.
En estas elecciones Prado llegó a ser el primer presidente civil del Perú.
El hecho fue comparado incluso con la Revolución Fancesa, aunque ello es sólo una expresión romántica debido a la diferencia social e histórica de ambos países.