Dicha huelga fue la más exitosa de la democracia en España, paralizando incluso la televisión pública, y obligó al Gobierno a negociar con los sindicatos.
El Partido Popular se presentaba a estos comicios tras su refundación de ese mismo año; su candidato fue José María Aznar.
El PP recuperó los votos perdidos en las europeas y superó los malos pronósticos con un resultado similar al de 1986.
Esto permitió a Aznar seguir al frente del PP, haciéndolo crecer en el futuro.
[2] Los tribunales judiciales se vieron obligados a intervenir, determinando elecciones parciales para Murcia, Pontevedra y Melilla.
Respecto a 1986 el PSOE pierde Navarra, La Rioja, Baleares, Palencia, Valladolid, Salamanca y Madrid; el PP gana Navarra, La Rioja, Baleares, Palencia, Valladolid, Salamanca, Ávila y Madrid; el CDS pierde Ávila; y el PNV no obtiene el respaldo mayoritario en Guipúzcoa, que pasa a manos de Herri Batasuna.
El segundo mandato de Felipe González se caracterizó por el crecimiento económico, con inversiones públicas favorecidas por los Fondos Estructurales provenientes de la Comunidad Económica Europea a la que España había accedido recientemente.
[19][20] El período 1986-1989 también vio un aumento en la actividad terrorista del grupo separatista vasco Euskadi Ta Askatasuna (ETA).
Además, la economía se encontraba en buen estado y creciendo, lo que hizo inevitable otra victoria del PSOE.
Sin embargo, la campaña se centró en si los socialistas lograrían conservar la mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados por un tercer período.
Felipe González confirmó que, si ganaba las elecciones, sería su última candidatura a presidente del Gobierno.
No cumpliría, sin embargo, esta promesa y sería candidato por dos elecciones más hasta 1996.
[28] Temprano en la noche, el secretario de Organización del partido Txiki Benegas, el vicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra y el propio González habían comentado que, a pesar del resultado final, el PSOE seguía siendo el partido más grande y lideraría el nuevo gobierno por sí solo, rechazando cualquier acuerdo de coalición.
[32][33] El líder del PP, José María Aznar, consideró los resultados de su partido como "satisfactorios", mejorando ligeramente el resultado de Fraga en 1986, que era el objetivo que Aznar se había propuesto a sí mismo durante la campaña electoral.
[34] Además, el PP había ganado las elecciones en Madrid por primera vez en la historia, donde Aznar y González figuraban en las listas de sus respectivos partidos.
c Incluye a Unión del Pueblo Navarro (UPN) y Centristas de Galicia (CdG).
Además, alegaron que este asiento había sido asignado desde el PP al PSC solo cuando se contó el 99.98% de los votos.
Los nuevos resultados provisionales publicados el 6 de noviembre, que no incluían las salas donde se habían encontrado irregularidades, otorgaron el último escaño al PSOE por tan solo dos votos.
[46] Al mismo tiempo, tanto el PP como el CDS alegaron haber encontrado irregularidades en varios colegios electorales en Melilla y Pontevedra, donde el PSOE también había obtenido escaños por un puñado de votos, y solicitaron que la votación fuera declarada nula.
[48][49] El fiscal general, Javier Moscoso, entró en la refriega y declaró el 24 de noviembre que el disputado escaño murciano pertenecía al PSOE.