En esta última instancia resultó vencedora la fórmula presidencial del Frente Amplio, integrada por José Mujica y Danilo Astori.Esta instancia se lleva a cabo mediante sufragio no obligatorio entre todos los habitantes adultos habilitados para votar.Las anteriores elecciones presidenciales concitaron particular interés, debido a que por primera vez un partido de izquierda se acercaba al Gobierno.Si a esto se sumaba que el presidente Tabaré Vázquez estaba impedido de participar, y también que varios líderes sectoriales frenteamplistas ya promediaban los 70 años de edad, estas elecciones concitaron enorme interés por el grado definitorio para los nuevos liderazgos sectoriales a nivel nacional.La ciudadanía uruguaya, otrora tradicionalista a la hora de elegir partido, se fue volviendo cada vez más flotante.La experiencia anterior indica que en general los partidos sin representación parlamentaria suelen quedar afuera de la contienda en octubre; y esta ocasión tampoco fue la excepción: de ocho partidos que comparecieron en junio, sólo cinco pudieron hacerlo en octubre.De hecho, se instaló una polémica acerca del clima más o menos atractivo para los inversores internacionales si ganaba uno u otro candidato.[33] El debate ideológico, manifiesto o velado, caracterizó a estos comicios: tras la presidencia de Tabaré Vázquez que, en términos generales, tuvo un sesgo socialdemócrata, abarcativa del espectro de la sociedad, esta elección con Mujica y Lacalle como favoritos, dio para pensar en una polarización entre las opciones «por el pobrerío» o «por el capital», si bien hubo quienes procuran minimizar este extremo[34] y hasta los propios candidatos procuraron contrarrestar esa sensación, con discursos que invitaban a «no asustar al capital» y a «centrarse en lo social».El hecho de que los candidatos a vicepresidente tuvieran posiciones respectivamente más moderadas, procuró ir en esa dirección.[35] De todos modos, evidentemente había diferencias sustantivas en el plano económico y financiero, en particular en lo relativo al tratamiento del secreto bancario en Uruguay.También la música jugó un rol fundamental; no sólo los jingles oficiales,[48] sino además otros temas que se difundieron entre el electorado: «Vamos Pepe»,[49] «El baile del Qki»[50] y el «Reggaeton de Pedro».Un claro ejemplo fue The Economist, donde se consideró que, a pesar del trasfondo tan diferente entre los dos candidatos más importantes, era innegable la imperiosa necesidad de conquistar los votos del centro político, tanto para ganar la elección, como para hacer gobernable al país.[62] El periódico estadounidense Washington Post resaltó la «dura decisión» que enfrentaban los uruguayos en esta instancia.[63] Sin embargo, el semanario británico The Economist consideró que Uruguay no corre riesgo de convertirse en un país gobernado por la extrema izquierda, al haber suficiente equilibrio en los procedimientos parlamentarios.[66][67] La politóloga y senadora electa por el FA, Constanza Moreira, consideró que esta interpretación de «equilibrio» era falaz.[33] Un insuceso de naturaleza policial, el «Caso Feldman», enrareció la campaña, cuando se halló un verdadero arsenal clandestino en pleno Montevideo.[69] Esto desató un tembladeral de acusaciones políticas[70] que hicieron temer por el resultado del balotaje; pero también hubo quienes contraatacaron con humor.Con respecto al gran porcentaje de indecisos existentes, se consideró que serían los definitorios, especialmente ante un posible balotaje.[72] Durante el año 2008, los políticos colorados se preocuparon por la polarización entre blancos y frentistas, previendo una suerte de «balotaje anticipado» en octubre.Tal cual lo preanunciaron las encuestas, la segunda vuelta se disputó entre José Mujica y Luis Alberto Lacalle.En la elección legislativa esta disyuntiva no se plantea, dado que el voto en blanco o nulo no contabiliza para la adjudicación de bancas legislativas, como tampoco en lo municipal, para la adjudicación de curules en las Juntas Departamentales.[140] Asimismo en la Cámara de Representantes, el Frente Amplio también obtuvo la mayoría absoluta del organismo, con 50 miembros.