Estas constituyeron las primeras elecciones que se celebraron en el país tras el final de la Segunda Guerra Mundial.
Las nuevas autoridades legalizaron a los comunistas por primera vez desde que se hubiera creado el Partido Comunista de Japón veinte años atrás, y se les permitió concurrir a las elecciones.
Hubo 79 mujeres candidatas a las elecciones, y finalmente 39 fueron elegidas parlamentarias, lo que suponía un 8,4% de los escaños.
[1] Sin embargo, estas circunstancias no se repitieron durante los siguientes comicios, por lo que en las elecciones de 1947 la proporción de mujeres parlamentarias se redujo hasta un 3,2% y durante las siguientes décadas quedaría estancado en el 2%.
[2] Si bien la participación de la mujer fue uno de los principales cambios con respecto al período anterior a la guerra, por el contrario los japoneses y taiwaneses que residían en Japón no tuvieron reconocidos sus derechos para votar o participar en las elecciones.