Elecciones estatales de Coahuila de 2013

El entonces gobernador Rubén Moreira decidió apostar por el Grupo Atlacomulco y el Presidente Peña Nieto desechando la alianza con los leales a la profesora Elba Esther Gordillo aunque siguió antagonizando con las nomenklaturas municipales priistas también buscaba restar influencia de los humbertistas en el tricolor.

[2]​ La nomenklatura municipal priista retuvo la nominación, empero, los moreiristas decidieron apoyar al candidato de Unidad Democrática de Coahuila y exalcalde del municipio Lenin Pérez Rivera quien se llevó el triunfo en coalición con el Partido Acción Nacional.

Los moreiristas después de perder la nominación priista decidieron apoyar un candidato afín por la Unidad Democrática de Coahuila que coaligado con el Partido Acción Nacional y el Partido del Trabajo lograron llevarse el triunfo sobre la nomenklatura municipal tricolor.

Los moreiristas lograron retener la nominación del Partido Revolucionario Institucional que se impuso sin problemas en la elección.

La nomenklatura municipal priista logró retener la nominación, acto seguido los moreiristas apoyaron aun candidato afín por el Partido de la Revolución Democrática sin embargo fue derrotado por el tricolor.

Finalmente, la nomenklatura municipal del Partido Revolucionario Institucional se llevó el triunfo de manera ajustada.

Para resistir el embate, los moreiristas registraron candidato afín por el Partido del Trabajo que logró restar los votos suficientes al albiazul y así el tricolor se llevó el triunfo.

Por primera vez desde el 2002, el Partido Revolucionario Institucional no alcanzaba 30 o más alcaldías ganadas de 38 en disputa.

El bloque lagunero encabezado por Miguel Riquelme Solís se perfilaba como la precandidatura más sólida rumbo a la gobernatura en 2017 al quedar sin alcaldías las nomenklaturas municipales tricolores de Saltillo y Monclova, en teoría en manos del PAN aunque en los hechos operando bajo el control de los moreiristas.

Por su parte, el exgobernador Humberto Moreira aun controlando el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC), no pudo retener la mayoría de las alcaldías que tenía bajo su control y así mismo perdió influencia al interior del Partido Revolucionario Institucional donde los humbertistas comenzaron a replegarse ante la extinción del IEPC y su reemplazo por el Instituto Nacional Electoral en el otoño del 2014.