Gordo es un perro mimado, un poco «morocho» por sobrealimentación, que vive en los barrios ricos de Buenos Aires.
Al detenerse el camión, Gordo se halla en Ushuaia.
Gordo va a descubrir una ciudad en la cual cincuenta mil humanos coexisten, tanto por cariño como por descuido, con dieciséis mil perros errabundos, sin parecer enterarse de los problemas de higiene pública que tal proliferación genera: mordeduras, rabia, hidatidosis , leptospirosis, leishmaniasis y otras enfermedades peligrosas para los humanos tanto como para los animales.
En Ushuaia la indulgencia de los humanos para sus parásitos caninos es notable: podemos observar a la gente alimentando a los perros, los transeúntes alejándose cuando una pelea de perros les cierra el paso, el cartero que corre como un descosido delante de jaurías de perros ladradores, los coches que frenan para evitar los perros que persiguen sus neumáticos o cruzan las calles a su capricho... y además, el empleado de la perrera es agobiado.
Las aventuras de Gordo seguirán cuatro ciclos, cada uno con su propio ambiente humano y animal.