También está presente la idea de conectar la percepción y conciencia humana con la animal.
La novela describe al protagonista en términos humanos e íntimos, especialmente en relación con su esposa Dors Venabili, una robot humaniforme, encargada por Daneel Olivaw de proteger su existencia.
La novela logra responder a interrogantes cruciales que el propio Asimov no contestó.
Tal crimen llega avergonzar al mismo Daneel, la inteligencia robótica suprema y amigo de Seldon.
Seldon toma contacto con tales inteligencias y averigua horrorizado la verdad acerca del genocidio.
Esta respuesta unifica aún más el ciclo asimoviano de los Robots con los del Imperio y la Fundación.
Mientras que Benford caracteriza a Yugo Amaril -el ayudante de Seldon- como un apasionado nacionalista dahlita, Asimov lo presenta como un hombre desarraigado ajeno a otros intereses que no sean los de la psicohistoria.