Primera colaboración de Edwards y Henry Mancini.
Mancini fue el compositor favorito de Edwards y el músico sacó mucho provecho de esta relación profesional.
Sus bandas sonoras y las canciones originales para los filmes de Edwards le reportaron innumerables premios y reconocimientos.
Un novato jugador de cartas sin suerte se asocia con un veterano jugador y, en principio, todo cambia.