El pozo y el péndulo

El nombre del relato proviene de un pozo situado dentro de la celda en la que se encuentra el protagonista, dónde también hay un péndulo con una guadaña que le torturan.

(Larga y sin piedad es la tortura aquí por la sed de sangre inocente, sin saciar, sin alimentar, ahora que la patria está protegida y rota está la gruta fúnebre, la muerte estuvo donde ahora hay vida saludable).

Seguro de que será muerto por la navaja del extremo de tal péndulo, se entretiene con la trayectoria del objeto, pero luego se le ocurre una idea, recordando que tiene a su disposición un poco de carne, comida que compartía con las ratas.

La habitación calienta su ambiente al rojo vivo y cambia de forma reduciendo su tamaño, haciendo que las paredes se cierren en torno del protagonista, y empujándolo al borde de la inminente fosa.

La mano es la de un militar francés que es liderado por el general Lasalle, quien había entrado en Toledo durante las Guerras Napoleónicas y descubierto las torturas a las que eran sometidas las víctimas de la inquisición.