El paraíso de las damas

Se dirigen a la tienda de su tío, que en su día les había prometido su apoyo.

Denise había trabajado en su ciudad como dependienta en una tienda de ropa y esperaba que su tío la emplease en la suya, "El Viejo Elbeuf".

Los principios fueron muy difíciles para la muchacha, pero su carácter sereno, su bondad y su honestidad van consiguiendo que, poco a poco, vaya ascendiendo en el complicado organigrama de la empresa.

Aquella creación suya instauraba una religión nueva; la fe tambaleante iba dejando desiertas, poco a poco, las iglesias, y su bazar las sustituía en las almas, ahora desocupadas" (pág.

Existen dos versiones cinematográficas francesas con el mismo título que el de la novela Au bonheur des dames: la primera de ellas muda, dirigida en 1930 por Julien Duvivier; la segunda, por André Cayatte en 1943.