[3] Construido en 1397 el edificio estaba catalogado como monumento nacional y se había salvado de la destrucción en múltiples ocasiones.
La novela ha sido adaptada en diferentes formatos, incluida la ópera, y en el cine en varias ocasiones: por el director Kon Ichiwaka en su película Enjô (1958),[5] obteniendo galardones en certámenes como el Festival de Venecia o en los premios Kinema Junpō, y por el director Yoichi Takabayashi en su película Kinkaju-ji (1976).
Cuando despierta en el joven la sensualidad, la belleza del edificio se interpone en sus relaciones amorosas impidiéndole tener otras admiraciones o cultivar otros afectos.
Deslumbrado por el pabellón, el edificio se convierte en un obstáculo para que el joven viva una vida auténtica y solo su destrucción le puede liberar.
A pesar de cultivar amistad con otros jóvenes como el amable Tsurukawa o con Kashiwagi, otro joven con un defecto físico que ejerce una suerte de Mefistófeles, Mizoguchi progresivamente irá teniendo desencuentros con el superior hasta llegar a precipitar los hechos que conducirán al incendio del pabellón.