El marqués de Mantua

[5]​ Según Menéndez Pelayo, los tres romances carolingios que cuentan la historia del marqués de Mantua pueden considerarse españoles.

[5]​ Por la misma época en que Lope escribió El marqués de Mantua se publicó una dramatización en portugués de Baltasar Dias, quien trasladó el romance castellano a quintillas portuguesas, marcando las divisiones del diálogo con rúbricas que permiten su uso teatral.

Por otro lado, discrepa del portugués en que Lope, al contrario de Dias, no siguiera «la cantilena de los romances» y elogia el acierto con el que el Fénix intercaló en los diálogos de su obra un gran número de versos del romance sin ninguna o con poca alteración, produciendo así un doble efecto: como no están alterados rememoran la épica del romance, pero al integrarse sin esfuerzo en el discurso narrativo, adquieren vida propia en la nueva obra.

Su consejero Rodulfo intenta disuadirle, pero Gadalón le anima, indicándole la idea de librarse del marido en una cacería.

Llegada la escena del bosque comienza la imitación de los romances, donde Lope inserta hábilmente los versos originales en su diálogo.

En ambas obras se mencionan los mismos héroes del romance carolingio: Valdovinos, Carloto, el marqués de Mantua.

En La locura por la honra, es el propio conde Floraberto, tras matar a su mujer, quien calma la cólera de Carlomagno hacia su hijo y heredero por el bien del reino.