Cuando Madellaine no está de acuerdo con esta misión, Sarousch le recuerda su pasado y la lealtad que le debe: cuando tenía seis años, Madellaine era una ladrona que había sido sorprendida robándole a Sarousch, él podría haberla entregado a Frollo, pero en lugar de eso la adoptó para el circo.
Madellaine toma la misión a regañadientes para ganarse la confianza de Quasimodo.
Quasimodo aprovecha la oportunidad para ofrecerle a Madellaine un regalo, una estatuilla en su propia imagen que él mismo creó.
Más tarde, mientras Quasimodo sale con Madellaine, Sarousch y dos de sus subordinados se cuelan en la catedral.
Al escuchar el sonido, Quasimodo y Madellaine se apresuran a regresar.
Febo se da cuenta de que Sarousch lo ha tomado por tonto.
Se retira más profundamente en la Catedral, sintiéndose desconsolado y traicionado.
Pasa la información a los padres del niño, quienes ahora tienen razones personales para localizar al maestro criminal.
Febo decide buscar alrededor de las catacumbas y traer a Madellaine con él.
Varias parejas románticas, entre ellas Febo y Esmeralda, proclaman su amor mutuo, mientras que Quasimodo toca La Fidèle.
Concluyó diciendo que "afortunadamente es corto, menos de una hora sin créditos".
[2] Hi-Def Digest dijo: "Realmente no tiene sentido perder el tiempo viendo esta secuela de una película que ya es aburrida", calificándola con 1.5 estrellas.