Pero muy cerca de ahí, el imperio minero del malvado Coy LaHood amenaza esta tranquila existencia.
Pero LaHood aún se reserva un as bajo la manga: el temible e implacable comisario Stockburn y su equipo de seis ayudantes, un grupo de calificados asesinos a sueldo que le hacen el trabajo sucio a quien pueda permitirse pagar sus elevados honorarios, algo que LaHood puede.
El jinete pálido supuso un soplo de aire fresco que revitalizó completamente el género del wéstern, agotado desde hacía ya muchos años.
Unos y otros siempre claramente identificables en eterna lucha que arrastraba al espectador, presumiblemente del lado de los «buenos».
Sí, porque en varias ocasiones se sugiere su carácter y origen sobrehumanos, mientras que también parece ser un ser infernal, colmo del Mal.
Allí se construyó el pueblo para el rodaje a 16 millas al noroeste de Ketchum.