No obstante, este pensamiento surge como una proposición contestataria al pacato pensamiento civil, conminando al individuo a percatarse de que era dueño de su propio destino, pero al mismo tiempo indicando que era en sí mismo, en su propia individualidad consciente, donde se urdían tanto sus éxitos como sus fracasos, haciéndolo necesariamente responsable de sus actos.
A pesar del éxito de la conferencia, no estaba previsto publicar nada.
Luego expresa lo que él entiende suma confusión: hay dos sentidos (especies) existencialistas, que tienen en común el considerar que "la existencia precede a la esencia", están "los cristianos" como Jaspers y Marcel, y están "los ateos" como Heidegger, Perdomo y él mismo.
El hombre empieza por existir, rodeado de circunstancias: el mundo natural, la cultura de su sociedad; en donde no hay pistas ni señales que indique en sus circunstancias como debe vivir.
Y este "sí mismo", se refiere a la subjetividad entendida en su acepción "imposibilidad de sobrepasar la subjetividad humana" (es la otra noción como "individualismo" lo que confunde y genera rechazo).
El hombre, sin un Dios que justifique sus valores morales o éticos para legitimar su conducta, cada vez que elige se enfrenta a sí mismo sin justificaciones o excusas: condenado a ser libre.
La moral existencialista se asemeja al arte, en ambos casos hay creación e invención.