Tiene por asunto la crítica del drama heroico de su tiempo y está escrita en prosa, algo excepcional en esta época, y que solo tenía como precedente ilustre El delincuente honrado (1774), comedia lacrimógena de Jovellanos.
Moratín tenía escrita La comedia nueva a fines de 1791 como una breve pieza metateatral cuyo objeto era la crítica del efectista drama histórico contemporáneo.
No menor es el ataque contra los críticos pedantes, que aparecen retratados en la persona de Don Hermógenes, al parecer inspirado en un personaje real, el erudito Cristóbal Cladera.
Así, don Hermógenes, quizá el personaje central —pues no puede señalarse un claro protagonista—, es el motor del conflicto dramático, pues es quien con su perniciosa adulación ha convencido al joven don Eleuterio para iniciar su carrera dramática, esperando con los beneficios obtenidos que Eleuterio le pague sus numerosas deudas.
El nuevo dramaturgo ha compuesto la obra El gran cerco de Viena, que se presenta como la parodia del prolífico género del drama histórico-heroico que se representaba en la época, basado en un desmesurado aparato escenográfico, que hacía aparecer sobre las tablas gran cantidad de personajes (habitualmente reyes y príncipes de lejanos países europeos y estrambóticos nombres), cuadros bélicos, ejércitos, caballería y gran cantidad de trucos escénicos y de tramoya, lo que hacía primar el espectáculo visual sobre el textual.